El Linaje de David

Judío viene de la raiz YAHUDÏ que traduce uno con El, esto significa que quien tenga alguna característica diferente a las características que GENERALMENTE se le atribuyen Al Creador HaShem AL-LAH (SWT) Baruj Hù!, o esté en contra de una sola de sus leyes NO PUEDE SER JUDÍO, por sus hechos los conoceréis.

viernes, 13 de julio de 2012

YATROGENESIS-La Epidemia del Capitalismo





                                                                       
 En El Nombre de Allah, El Clemente, El Misericordioso.
Por: David Ben Shel Ish-Shojet C.J.O.N.P
                                                                               

   Iatro= Palabra Griega que significa Médico,  Génesis= Significa Origen, de esto se deduce que la epidemia aquí descrita es de Origen Médico a saber:Las infecciones que predominaron al iniciarse la edad industrial ilustran cómo la medicina adquirió su reputación. La tuberculosis, por ejemplo, alcanzó una cima a lo largo de dos generaciones.En 1812 en Nueva York existía una tasa de mortalidad para la tuberculosis de 700 por cada 10.000 personas. En 1882 cuando Koch aisló y cultivó por primera vez el bacilo que lleva su nombre el cual es gestor de la tuberculosis, también conocida como tisis, la tasa de mortalidad ya había declinado a 370 por 10.000 personas y ya en 1910 cuando se abrió el primer sanatorio había descendido a 180 aunque la tisis continuaba en 2º grado de mortalidad. Después de la Segunda Guerra Mundial, pero antes de que el uso de antibióticos se convirtiera en rutina, había descendido al undécimo lugar con una tasa de 48.
De manera análoga, el cólera, la disentería y la fiebre tifoidea alcanzaron un máximo y luego disminuyeron independientemente del control médico. Cuando se llegó a comprender su etiología y su terapia se hizo específica, estas enfermedades ya habían perdido gran parte de su virulencia y con ella su importancia social. La tasa combinada de mortalidad por escarlatina, difteria, tosferina y sarampión en niños menores de quince años muestra que casi el 90% de la disminución total en mortalidad desde 1860 hasta 1963 se había registrado antes de la introducción de los antibióticos y de la inmunización generalizada.  Este receso puede atribuirse en parte al mejoramiento de la vivienda y a una disminución de la virulencia de los microorganismos, pero con mucho el factor más importante fue una mayor resistencia del huésped al mejorar la nutrición. Actualmente, en los países pobres, la diarrea y las infecciones de las vías respiratorias superiores se registran con más frecuencia, duran más tiempo y provocan más alta mortalidad cuando la nutrición es mala, independientemente de que se disponga de mucha o poca asistencia médica. En Inglaterra, a mediados del siglo XIX, las epidemias de enfermedades infecciosas habían sido remplazadas por grandes síndromes de malnutrición, como el raquitismo y la pelagra. Estos a su vez alcanzaron un máximo y se desvanecieron, para ser sustituidos por las enfermedades de la primera infancia y luego por úlceras duodenales en los jóvenes. Cuando éstas disminuyeron, ocuparon su lugar las epidemias modernas: cardiopatías coronarias, enfisema, bronquitis, obesidad, hipertensión, cáncer, sobre todo pulmonar, artritis, diabetes y los llamados desórdenes mentales. A pesar de intensas investigaciones, no contamos con una explicación completa sobre la génesis de estos cambios. Pero dos cosas son ciertas: no puede acreditarse al ejercicio profesional de los médicos la eliminación de antiguas formas de mortalidad o morbilidad, ni tampoco se le puede culpar por la mayor expectativa de una vida que transcurre sufriendo las nuevas enfermedades. Durante más de un siglo, el análisis de las tendencias patológicas ha mostrado que el ambiente es el determinante primordial del estado de salud general de cualquier población. La geografía médica,  la historia de las enfermedades, la antropología médica y la historia social de las actitudes hacia la enfermedad  han mostrado que la alimentación,  el agua  y el aire, (tratado Hipocrático de los aires, las aguas y los lugares) en correlación con el nivel de igualdad sociopolítica  y con los mecanismos culturales que hacen posible mantener la estabilidad de la población, juegan el papel decisivo en determinar cuán saludables se sienten las personas mayores y a qué edad tienden a morir los adultos. A medida que los viejos factores  patógenos retroceden, una nueva clase de malnutrición está convirtiéndose en la epidemia moderna de más rápida expansión.  Un tercio de la humanidad sobrevive en un nivel de desnutrición que en otros tiempos habría sido letal, mientras que cada vez más gente rica absorbe siempre más tóxicos y mutágenos en sus alimentos.  Algunas técnicas modernas, a menudo desarrolladas con ayuda de médicos, y óptima-mente eficaces cuando se integran a la cultura y al ambiente o cuando se aplican independientemente de la práctica profesional, han efectuado también cambios en la salud general, pero en menor grado. Entre ellas pueden incluirse los anticonceptivos, la vacunación de infantes contra la viruela, y medidas sanitarias no médicas como el tratamiento del agua y el drenaje, el uso de jabón y tijeras por las comadronas, y ciertos procedimientos antibacterianos e insecticidas. La importancia de muchas de estas prácticas fue reconocida y declarada en primera instancia por médicos a menudo valerosos disidentes que sufrieron por sus recomendaciones, pero esto no consigna el jabón, las pinzas, las agujas de vacunación, los preparados para despiojar o los condones a la categoría de “equipo médico”. Los cambios más recientes en mortalidad desde los grupos más jóvenes hasta los de mayor edad pueden explicarse por la incorporación de estos recursos y procedimientos a la cultura del lego. En contraste con las mejoras ambientales y las medidas sanitarias modernas no profesionales, el tratamiento específicamente médico de la gente nunca se relaciona en forma significativa con una disminución del complejo patológico ni con una elevación de la expectativa de vida.  La proporción de médicos en una población, los medios clínicos de que disponen, el número de camas de hospital tampoco son factores causales en los impactantes cambios registrados en las características generales de las enfermedades. Las nuevas técnicas para reconocer y tratar afecciones tales como la anemia perniciosa y la hipertensión, o para corregir malformaciones congénitas mediante intervenciones quirúrgicas, redefinen pero no reducen la morbilidad. El hecho de que haya más médicos don-de ciertas enfermedades se han hecho raras tiene poco que ver con la capacidad de ellos para controlarlas o eliminarlas.  Esto simplemente significa que los médicos se desplazan como les place, más que otros profesionales, y que tienden a reunirse donde el clima es saludable, el agua es pura, y la gente tiene trabajo y puede pagar sus servicios.


La imponente tecnología médica se ha unido con la retórica igualitaria para crear la impresión de que la medicina contemporánea es sumamente eficaz. Durante la última generación, sin duda, un número limitado de procedimientos específicos ha resultado de extrema utilidad, dada la complejidad del daño producido por los agentes mutágenos ingeridos en los alimentos que afectan la homeostasis de los órganos. Pero, cuando no se encuentran monopolizados por profesionales como herramientas del oficio, los que resultan aplicables a las enfermedades ampliamente difundidas suelen ser muy económicos y requieren un mínimo de técnicas personales, de material y de servicios de custodia hospitalaria. En contraste la mayoría de los enormes gastos médicos actuales en rápido aumento se destinan a diagnósticos y tratamientos cuya eficacia es en el mejor de los casos dudosa.  Para apuntalar esta afirmación con-viene distinguir entre enfermedades infecciosas y no infecciosas. En el caso de las enfermedades infecciosas, la quimioterapia ha desempeñado un papel importante en el control de la neumonía, la gonorrea y la sífilis.





                                                                            



(Tomado del libro Némesis Médica - Ivan Illich
 1926-2002 Q.E.P.D.)

Cuando Comenzó esta epidemia?:   
  Observando la historia antigua, hemos de referirnos al punto de quiebre en  donde a largo plazo se manifiesta el desencadenante de esta epidemia y es precisamente en tiempos del Pastor de Israel, Moshé, quien siendo avisado, se dirige al monte de Hor en compañía de Aarón Cohen y su hijo Eleazar en donde este Aarón entrega las vestiduras sacerdotales a su hijo quien en compañía de Moshé desciende del monte, dejando allí a Aarón quien se reunió con sus Padres, lo que entristeció al pueblo que entró en una depresión colectiva que tuvo como consecuencia la murmuración en contra de Moshé y su labor, a lo que El Creador contestó con una plaga de serpientes venenosas que mataban a quienes murmuraban, que luego que Moshé clamara Al Creador, Este le dijo a Moshé que hiciera una serpiente de bronce y la levantara en alto para que todo aquel que fuese mordido por las serpientes, mirara la serpiente de bronce levantada en alto y viviera.
Ya en tiempos del Rey Ezequías de Judá, este convino en derribar toda la idolatría que había en Jerusalén, incluyendo la serpiente de bronce a la que el pueblo le quemaba incienso por lo que fue llamado Ídolo de Bronce.
Esta práctica del pueblo Hebreo es la que da lugar a la mitología griega, que muy a la par de la mitología romana toman sus elementos de la historia hebrea, dada la religiosidad de nuestro pueblo que ostenta el sacerdocio y que para este caso, dice la mitología griega que Esculapio o Asclepio hijo de Apolo dios de la medicina, quien se criara con un centauro llamado Quirón quien le enseñó todo lo relacionado, que luego que este Asclepio resucitara los muertos fue herido de muerte por un rayo emanado por el soberano de la mitología griega, Zeus, que los Portugueses llaman Deus de donde proviene la palabra dios. Desde entonces se erigieron templos de Esculapio donde los griegos iban a rogar por la salud.
La mitología romana emula este dios con Mercurio, dios del comercio, como también se conoce entre los romanos a la serpiente alada.
Después que Asclepio suplantó a Apolo como dios de la curación, los sacerdotes griegos practicaban el arte de curar en sus templos. Más tarde, una secta semisacerdotal, denominada Asclepíades, en la que sus miembros se consideraban descendientes del dios de la medicina, practicaba una forma de psicoterapia denominada incubación.
En el siglo VI a.H. la medicina griega se volvió secular por completo; hacían hincapié en la observación clínica y la experiencia. En la colonia griega de Crotona, (siglo VI a.H.) se identificó el cerebro como el asiento fisiológico del entendimiento. El filósofo griego Empédocles formuló el concepto de que la enfermedad es en primera instancia la expresión de un desequilibrio entre la perfecta armonía de los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra; y formuló una teoría rudimentaria de la evolución.
Cos y Cnido son las dos escuelas de medicina griega más famosas que florecieron en el siglo V a.H. bajo los Asclepíades. Estudiantes de ambas escuelas contribuyeron al Corpus hippocraticum (Colección hipocrática) y a una antología de escritos de varios autores, aunque se le atribuye a Hipócrates, conocido como el fundador de la medicina contemporánea.  Ninguno de estos trabajos menciona curas sobrenaturales aunque es evidente que la enfermedad se atribuye a la voluntad divina en el tratado llamado: La Enfermedad Sagrada, que se refiere a la epilepsia.
Así las cosas es de suponer que la Laicización de las enfermedades en cabeza de Hipócrates, por la inefectividad de los Asclepíades, es el desencadenante de esta epidemia Iatrogénica que junto con la industria farmacéutica han elaborado un lucrativo negocio dentro del sistema capitalista que hoy tiene cautivos, con fármacos y procedimientos terapéuticos, a una gran masa de victimas que se dedican por completo a “sostener” sus enfermedades a cualquier costo ya que, según los médicos: NO TIENEN CURA.
                                                                                       
En Nuestra Comunidad, basada en el primer concilio de Jerusalén, que presidiera entonces Yaakob ben Yosef y que hoy me enorgullezco en dirigir, no pretendemos cambiar las sociedades occidentales acostumbradas ya a esta epidemia Iatrogénica, pero si queremos abrir una puerta para todos aquellos que deseen emigrar de esta conducta endilgada y quieran comprobar esto de que la enfermedad si es de origen divino. Para esto hemos dispuesto un consultorio en la sede de La Comunidad Judía Ortodoxa del Nuevo Pacto ubicada sobre la vía Panamericana en el Km 2 al sur de Popayán (Cauca-colombia) en sur américa , donde en calidad de shojet promotor de El Islam, he de guiar a las personas que quieran regresar a su optimo estado de salud, dejando de ingerir fármacos y corrigiendo comportamientos erróneos que rivalizan con la voluntad del Creador que como consecuencia, manifiestan enfermedades tales como Diabetes, Hipertensión, Deficiencia renal, Hepática o Cardiaca, Cáncer de todo tipo, Gastritis causadas por Helicobacter Pylori, Ulceras Pépticas, Estreñimiento etc. y hasta la Ulcera o llaga Pestilente y maligna, que surge de la flebitis.
Como Moshé levantó la serpiente en el desierto, es necesario que El Hijo del Hombre sea levantado en alto para que todo aquel que en el crea, No se pierda.  
David Ben Shel Ish- Shojet C.J.O.N.P.
                                                                    
  consulta y tratamiento sin costo económico alguno.